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Ayer viví una jornada muy especial.
Asistí a una formación facilitada por dos grandes profesionales, rodeado de personas que no conocía previamente.
Lo curioso es que, a pesar de no conocernos, pronto compartimos temas profundos y personales con una naturalidad y confianza que me resultó extraordinaria.
Esta sesión fue una introducción a una metodología que practico desde hace cinco años con un grupo muy especial de personas.
Durante este tiempo, ese grupo se ha convertido en un espacio de conexión, escucha y aprendizaje.
Nos reunimos mensualmente y cada sesión es una oportunidad para hablar de nuestras vidas profesionales, familiares, sociales y personales desde la vulnerabilidad y en un entorno de confianza y seguro en plena confidencialdad.
Hablamos de lo que nos da energía, pero también de lo que nos la quita. De los retos que enfrentamos, de las decisiones que no sabemos cómo tomar, de las dudas que arrastramos en silencio.
La clave está en el formato. Todos tenemos algo importante que compartir y lo ponemos encima de la mesa.
Entre todos elegimos los temas que consideramos más urgentes y relevantes para el grupo.
Luego abrimos un espacio de preguntas, de indagación sincera, sin juicios. Y después llega el momento más poderoso: el de compartir experiencias.
No damos consejos, no tratamos de tener razón. Solo contamos qué hemos vivido nosotros, qué nos pasó, cómo lo abordamos, qué aprendimos. Y eso, solo eso, tiene un poder transformador enorme.
He visto a personas entrar con una mirada cargada de preocupación y salir con luz en los ojos.
He vivido en carne propia el alivio de sentirse acompañado, comprendido, y sobre todo, de descubrir que no estás solo en tus dudas o dolores.
El grupo no da respuestas mágicas, pero genera claridad. A veces, solo hace falta que alguien te devuelva un espejo limpio para que tú mismo veas lo que antes no eras capaz de ver.
Ahora mismo, he cerrado una etapa con el grupo con el que trabajé durante cinco años. Mantengo un nuevo grupo con el que comenzamos este 2025, y estoy considerando incorporarme a otro que se formará después de la sesión de formación de ayer.
Si te interesa conocer más sobre cómo funciona esta metodología y cómo puede ayudarte en tu vida personal, familiar o profesional, estaré encantado de contártelo con calma.
Porque de verdad creo que compartir experiencias entre iguales es una de las formas más potentes y eficaces de aprender y crecer.
MGC
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