mejor leer – también escuchar a uno (1) despacio o (1,5) acelerado
[2,5 minutos de lectura]
La pasión de mi padre por la música clásica es una de las grandes herencias de mi infancia.
Desde que tengo memoria los sonidos de Mozart, Beethoven y Vivaldi llenaron nuestra casa a todo volumen de vez en cuando.
A mi padre parecía no importarle si si era domingo o miércoles, mañana o tarde, él siempre encontraba un momento para envolvernos con la música.
Y no se limitaba solo a escuchar sino que nos hacía partícipes de esa magia con una emoción que, hoy lo sé, era súper contagiosa.
Una de mis imágenes favoritas de esos días es verlo en la sala transformado en un director de orquesta improvisado.
Con una mano hacía el gesto de tocar un violín invisible y con la otra dirigía los compases con precisión imaginaria, como si estuviera en el mismísimo Carnegie Hall.
Mi hermano, hermana y yo lo mirábamos embobados sintiendo que, aunque no entendiéramos del todo la complejidad de esa música, compartíamos algo profundamente especial.
De vez en cuando, nos animaba a “tocar” con él, siguiéndolo en su coreografía entre violines y chellos invisibles.
Y, sin yo saberlo, fue construyendo en mi ese amor por la música clásica.

Ahora que tengo hijos me sorprendo a mí mismo repitiendo esos mismos gestos, quizás un poco menos elegantes, pero igual de apasionados.
En casa esta mañana de fin de semana de sábado hemos escuchado una pieza clásica en el salón. He subido el volumen y dejado que esos acordes regios llenen el espacio.
Mis hijos con los ojos como platos me miraban a la vez sorprendidos, divertidos y sonrientes, viéndome mover los dedos como si tocara un piano invisible o imitando los movimientos de mi padre con el violín.
Han reído y aplaudido y a su manera han disfrutado de la música porque creo que les gusta verme feliz.
Me han sorprendido pidiéndome como regalo una guitarra y un órgano. No sé hasta dónde llegará su pasión pero el simple hecho de que quieran explorar los sonidos por su cuenta me llena de ilusión y a su abuelo también.
Tal vez no se conviertan en grandes intérpretes pero esos momentos en familia al ritmo de los clásicos no tienen precio.
En casa, influenciados por la tradición germánica de mi mujer, intentamos evocar a los grandes músicos austriacos y alemanes.
Y mientras la música suena, pienso: “qué maravilla que con algo tan simple como una canción de hace siglos, podemos seguir edificando.
Recuerdos que nos unen y que de alguna manera nos acercan a ese legado que nos han dejado, como una melodía eterna que se pasa de generación en generación de padres a hijos.
MGC
ps1: Comida con Jesús Alonso Gallo – 👉🏻 AQUÍ
ps2: tu opinión es un regalo – deja tu reseña 👉🏻 AQUÍ
ps3: si te gusta compartir es ✉️ AQUÍ

Únete aquí al email diario que es gratis. Te puedes dar de baja cuando quieras:
Para el cumplimiento del RGPD (Reglamento General de Protección de Datos) y comprender que tus datos están seguros, debes leer y aceptar la política de privacidad. Tus datos se van a guardar en ActiveTrail, empresa de email marketing. ActiveTrail cumple con el RGPD y todos los requisitos que la ley establece.