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“Siempre he querido volar y volaré siempre” no es solo el título de esta narración, sino una declaración de mi adoración por el cielo.
Esta pasión me ha llevado a vivir una de las experiencias más memorables de mi vida, un vuelo que siempre recordaré, compartido con una de las personas más importantes para mí: mi padre.
La aventura comenzó una mañana clara y fresca, cuando mi padre y yo nos dirigimos a un aeropuerto en Madrid, lejos del bullicio habitual de Barajas.
Al llegar, el piloto nos esperaba con una sonrisa, listo para darnos la bienvenida y explicarnos los detalles del vuelo. Nos indicó el itinerario y las medidas de seguridad con meticulosa atención.
Sentí una mezcla de emoción y anticipación mientras subíamos a bordo del avión privado, que sería nuestra cápsula a través del cielo español.
Despegamos con el sol ascendiendo en el horizonte, pintando el cielo de tonos dorados y naranjas. Nuestro primer destino fue Sevilla, y aunque solo fue un breve aterrizaje técnico, la magia de Andalucía se insinuaba incluso desde el aire.
El vuelo continuó hacia Málaga, donde el azul del Mediterráneo se extendía majestuosamente bajo nosotros. No aterrizamos, pero las vistas aéreas de la ciudad y su vibrante costa fueron un espectáculo para la vista.
La parte más impresionante del viaje fue el vuelo bajo a lo largo de la costa hacia el Estrecho de Gibraltar. Volando a baja altura, el contraste entre el azul profundo del mar y la serena costa rocosa fue simplemente espectacular.
Cada curva de la costa se revelaba con una claridad asombrosa, cada ola parecía contar su propia historia mientras rompía suavemente a lo largo de la orilla.
Giramos hacia el interior, dejando atrás la majestuosa vista del Estrecho, y emprendimos el viaje de regreso a Madrid.
Durante el vuelo de regreso, compartí conversaciones profundas con mi padre, reflexionando sobre la vida y nuestros sueños, reforzados por la tranquilidad que solo el cielo puede ofrecer.
En menos de tres horas y media completamos nuestro circuito, aterrizando de nuevo en Madrid. Aunque el viaje fue breve, la intensidad de la experiencia y la calidad del tiempo compartido con mi padre lo hicieron inolvidable.
Este vuelo reafirmó mi amor por la aviación y fortaleció mi vínculo con mi padre. Fue una demostración de que, a veces, las experiencias más significativas no requieren de destinos exóticos o estancias prolongadas; a veces, todo lo que necesitas es un cielo claro, un buen piloto y una ruta que te lleve de regreso a casa, lleno de gratitud y asombro.
Esta experiencia es un recordatorio de que la verdadera esencia de volar radica en la libertad y las posibilidades infinitas que el horizonte parece ofrecer.
Cada vez que miro hacia el cielo, sé que parte de mi corazón siempre estará allí, volando libre, perpetuamente en busca de la próxima gran aventura.
MGC
ps: vamos a cerrar un grupo muy singular para las comidas mensuales. La experiencia va mucho mas allá. Nos van a acompañar personas extraordinarias, los invitados y los propios comensales. Un grupo que crearemos nexos de unión mas allá de los que puedas esperar. En el enlace puedes ver más detalle y beneficios, y apuntarte. Si tienes preguntas, me escribes directamente.
ps2: se acaba de incorporar como invitada una destacada figura en la industria farmacéutica global. Con 30 años de experiencia. Líder influyente en una de las multinacionales farmacéuticas mas grandes del mundo. Daremos mas detalles.
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